sábado, 15 de julio de 2017

Homenaje a José Antonio Campuzano en La Opinión de Murcia

Artículo aparecido en La Opinión de Murcia el 13 de julio de 2017

Acceso al original: [enlace]


José Antonio Campuzano

13/07/2017

Adiós al maestro centenario de Archena que defendió la República

 

José Antonio Campuzano López, maestro de Archena reconocido con la Cruz de la Orden de Alfonso X El Sabio al mérito docente en 1978, fallecía en la madrugada del pasado domingo. Su labor como transmisor de conocimiento estuvo presente en los 103 años que vivió. Fue el último profesor republicano con vida represaliado de la Región de Murcia durante el franquismo.

Reconocido en su pueblo natal de Archena con el nombre de una calle y varios homenajes, José Antonio fue un hombre «que enseñaba al pobre, al más necesitado», según Francisco Gallego, un exalumno de Campuzano.

Francisco expresa que se trataba de un hombre que trabajaba «con las ideas». Admite que para él fue como un segundo padre, y que era una persona «con una inteligencia natural, con un corazón de oro y que nació para dar clases. Era un maestro realmente vocacional». Ingresó en sus primeros años como docente en Magisterio y ejerció su labor en la Escuela Pública de Archena antes de la Guerra Civil. El conflicto no consiguió que abandonara su vocación pedagógica, ya que su objetivo era erradicar el analfabetismo. Tras la guerra pasó por las cárceles de Mula y Cieza y fue expulsado del Magisterio Público por haber pertenecido a Izquierda Republicana.

«Daba clases gratuitas a chicos que carecían de medios económicos. Él pensaba que el mundo sería mejor con una cultura más elevada y trabajó siempre para eso», admite Francisco Gallego. Unos años después pasó a ejercer en la enseñanza privada, en el colegio que él mismo fundó, el «Padre Manjón». José Antonio volvió a formar parte del Magisterio Público más tarde, a la vez que preparaba a los bachilleres en el Instituto Alfonso X el Sabio de Murcia.

En definitiva, quien tuvo el honor de conocerle habla de una persona que fue un maestro en las aulas y, a la vez, «un maestro de la vida». Su humildad, humanismo, coherencia y la férrea voluntad, hicieron de él una figura muy importante para el pueblo de Archena. Su legado seguirá presente, ya que su nieta Clara también ejerce actualmente la labor docente.

 

 

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