jueves, 19 de diciembre de 2019

Cambio de Junta Directiva y modificación de Estatutos en La Asociación para la Recuperación y Defensa de la Memoria Histórica de Murcia - Tenemos Memoria.


La Memoria Histórica de Murcia (MHMU) renueva su junta directiva y aprueba impulsar sus reivindicaciones
Se acordó  acciones de protesta ante la catedral de Murcia, por la retirada de la inscripción falangista existente en la misma
Otras acciones acordadas fueron hacer un seguimiento del tema del callejero franquista y de las obras de la rehabilitación de la Cárcel Vieja
La asamblea extraordinaria, por su parte, procedió a renovar la junta directiva y a la modificación de Estatutos.

En la tarde del pasado jueves, día 12, la MHMU celebró sendas asambleas, ordinaria y extraordinaria, para, entre otras cuestiones, dar cuenta de su gestión durante el año actual, renovar la junta directiva y actualizar los Estatutos.
La asamblea ordinaria decidió, tras la concentración celebrada conjuntamente con la Federación regional de asociaciones memorialistas el pasado día 23 de noviembre ante la catedral de Murcia en contra de la inscripción falangista existente en el muro lateral de la misma, continuar con los actos de protesta, sin descartar otras acciones, como la petición de entrevista con el Obispo de la Diócesis de Cartagena, el envío de escritos a las direcciones generales de Bienes Culturales y de Patrimonio y otras posibilidades por vía legal, para que dicha ignominiosa inscripción sea retirada.
Se aprobó no descuidar el seguimiento de la actuación municipal en el tema de la rehabilitación de la Cárcel Vieja, así como sobre el callejero franquista del municipio, cuyos trabajos en la Comisión municipal creada ad hoc en su día están hoy paralizados.
Se habló, así mismo, de diseñar un acto de entrega a los familiares de la documentación existente en poder de la Asociación, a partir de los trabajos de investigación realizados por la misma, sobre las personas represaliadas y fusiladas por el franquismo tras la Guerra Civil.

A continuación, y en asamblea extraordinaria, se procedió a la renovación de la junta directiva, con el nombramiento de Mercedes Nicolás Cárceles, como nueva vicepresidenta, y de Carmen González Quiles, como vocal.
Se aprobó modificar el artículo 7 de los Estatutos de la Asociación para prolongar, a dos años, la duración de las personas elegidas para integrar la junta directiva, cuando, en la actualidad, era de un año. Además, a propuesta de una persona asambleísta, y en ese punto de modificación de Estatutos, se acordó corregirlo para redactarlo en un sentido inclusivo, no sexista,  por lo que ese artículo, en su redacción actual, quedaría como sigue:
“Artículo 7. La Asociación será gestionada y representada por una Junta Directiva integrada por una presidencia, una vicepresidencia, una secretaría, una persona tesorera y un número de vocalías no inferior a tres, cargos todos designados y revocados por la Asamblea General Extraordinaria y cuyo mandato tendrá una duración de dos años renovables.
La Junta Directiva es el órgano ejecutivo y de dirección entre asambleas. Todos los cargos serán no remunerados. No obstante, la Asociación podrá indemnizar los gastos que cualquiera de las personas integrantes de la Asociación tuvieran con ocasión de realizar actividades acordadas por la misma”.

lunes, 11 de noviembre de 2019

La cuestión del nombre del IES de Lorca José Ibáñez Martín.


¿Se puede entender que todavía exista un centro educativo con tal denominación?  

IES de Lorca

Pero para responder a esta pregunta vamos a ver antes una serie de cuestiones que nos van a clarificar el contexto por el cual se concedió a ese IES el nombre de tan oscuro (de momento dejémoslo ahí) personaje y el contexto, también, en el que nos encontramos ahora.

En primer lugar vamos a referirnos al artículo del catedrático, recientemente fallecido, Josep Fontana, LA CAZA DEL MAESTRO publicado en el periódico de El País en el año 2006 al referirse a la muerte de un insigne maestro, Daniel González Linacero, el día 8 de agosto de 1936 que con 33 años fue asesinado por un grupo de falangistas: “…sólo se explica (el asesinato) por el hecho de que esta muerte formaba parte de una campaña sistemática de persecución de la enseñanza y de la cultura por parte de los sublevados de julio de 1936, como lo manifestaba un artículo publicado en agosto del mismo año en la prensa de Sevilla en que se pedía el castigo de los maestros, la escuela, la prensa y el libro.”  Más adelante, en el mismo artículo, Fontana escribía “Los maestros y los libros fueron los primeros en sufrir tal castigo. La depuración de los maestros no sólo pretendía apartar de la enseñanza a los que no compartían el ideario de los sublevados, sino reducir su número para cerrar escuelas” y citando a José Pemartín, jefe del Servicio de Enseñanza Superior y Media, decía en 1937 << "tal vez un 75 por ciento del personal oficial enseñante ha traicionado -unos abiertamente, otros solapadamente, que son los más peligrosos- a la causa nacional". A lo que añadía: "Una depuración inevitable va a disminuir considerablemente, sin duda, la cantidad de personas de la enseñanza oficial">>. Se clausuraron, por ello, 54 institutos públicos de enseñanza secundaria creados por la República, que el nuevo régimen consideraba innecesarios.” Fontana, después de una serie de consideraciones, concluía el artículo de la siguiente forma “es imposible entender lo que significó la Segunda República Española, y los motivos por los que la combatieron los sublevados de 1936, si se pasan por alto diferencias tan fundamentales como ésta: la República construyó escuelas, creó bibliotecas y formó maestros; el "régimen del 18 de julio" se dedicó desde el primer momento a cerrar escuelas, quemar libros y asesinar maestros”.

 José Ibáñez Martín y su esposa, la condesa de Marín.
Siguiendo con la línea argumentaria que nos deja el profesor Fontana, afirmamos, sin ningún género de dudas, que si hay unas imágenes emblemáticas que puedan mejor representar a la II República española, esas son las del MAESTRO REPUBLICANO, la de la MAESTRA REPUBLICANA y con él y con ella, la de las MISIONES PEDAGÓGICAS, esas misiones especiales en las que intervinieron, de manera totalmente altruista, poetas, escritores y escritoras, artistas de la pintura, del teatro y profesionales de la pedagogía, etc. para llevar la cultura, las obras de arte, el cine, el teatro, hasta los rincones más apartados de nuestra geografía. Esa era la fuerza, la base fundamental en la que se sustentaba gran parte del edificio con el que se pretendía construir la II República española. Porque sin cultura y sin educación no es posible concebir el régimen republicano. Y eso lo sabía perfectamente el régimen que se quería levantar a partir del golpe de estado del 18 de julio de 1936. Sabían perfectamente dónde hacer daño y pusieron el ojo de mira dónde más dolía a los cimientos de la República, en la Educación y en sus profesionales.

¿Qué relación tiene José Ibáñez Martínez con el régimen del 36 y la depuración del magisterio español proveniente de la etapa republicana?

Vamos a ver el artículo publicado por el historiador José Ramón Villanueva Herrero, con el título de JOSÉ IBÁÑEZ MARTÍN Y EL NACIONALCATOLICISMO. En él nos dice lo siguiente:

“quiero referirme brevemente al pensamiento que inspiró su política educativa durante los 12 años que fue ministro de Educación Nacional (1939-1951).

Ibáñez Martín, catedrático de Geografía e Historia, fue un fervoroso intelectual franquista, admirador de la obra unificadora de los Reyes Católicos que soñaba con el resurgir, de la mano de Franco, de nuevos tiempos y glorias imperiales. Ello le hizo admirar el pensamiento de Menéndez Pelayo, cuyas Obras Completas prologó en 1940, y al que definía como "el más glorioso español de todos los tiempos" puesto que el legado del polígrafo cántabro, según Ibáñez Martín, era eficaz y oportuno "en los momentos presentes en que se trata de fundar sobre base firme y cristiana la nueva España". Por ello, Ibáñez Martín se apoyaba en el pensamiento del ultramontano Menéndez Pelayo, incluso para legitimar el golpe militar, al afirmar en dicho prólogo que "nuestra guerra ha sido en realidad una consecuencia necesaria del desvío y abandono del camino tradicional de la cultura española desde comienzos del siglo XIX", alusión recurrente del pensamiento reaccionario que atribuía la decadencia de España al liberalismo, positivismo histórico y al materialismo, a los que se consideraba enemigos viscerales de la tradición hispana.

En 1942, J. Ibáñez Martín, el mayor "torquemada"
 contra el mundo de la educación y de la cultura


Con este bagaje ideológico, Ibáñez Martín, impregnado de un españolismo tan férreo como dogmático, asumió en 1939 el cargo de ministro de Educación Nacional. Vinculado desde los años de la II República a la Asociación Católica Nacional de Propagandistas (ACNP) y con una intensa relación con el Opus Dei, por medio de su amigo José María Albareda, acometió con fervor la tarea de "recristianizar" España mediante la construcción de una nueva tradición nacionalcatólica al servicio del franquismo. Por ello, fue el artífice de la legislación educativa de los primeros años de la dictadura: la Ley de Ordenación Universitaria (1943), la Ley de Ordenación de la Enseñanza Primaria (1945), así como los decretos que establecían la obligatoriedad de la enseñanza religiosa de 26 de enero de 1944 y el que imponía los cursos de formación política de 10 de abril de 1944.
 

Las ideas básicas de la política educativa de Ibáñez Martín se recogen en la citada Ley de 29 de julio de 1943 de Ordenación Universitaria. En ella, se enfatizaba el carácter confesional de la educación en España al indicarse en su preámbulo que, "además de reconocer los derechos docentes de la Iglesia en materia universitaria, quiere ante todo que la Universidad del Estado sea católica".
 
Ibáñez Martín, conocido por su indisimulada admiración 
por el régimen nazi. En la foto debate con Scheel, jefe de
 los estudiantes del III Reich.


Por esta razón, Ibáñez Martín concedió privilegios a la Iglesia, propició la entrada del Opus Dei en el ámbito universitario, ampliando más tarde la preeminencia de la Iglesia también, en la enseñanza primaria y media.
 

Igualmente, la citada Ley de 1943 dejaba claro el carácter político al servicio del régimen de los estudios superiores, al señalar textualmente que "la República lanzó a la Universidad por la pendiente del aniquilamiento y la desespañolización, hasta el punto de que brotaron en su propia entraña las más monstruosas negaciones nacionales. La Ley, en todos sus preceptos y artículos, exige el fiel servicio de la Universidad a los ideales de la Falange".
 

De este modo, tanto en la Universidad, como también en los otros niveles educativos, Ibáñez Martín pretendía crear, a semejanza del nazismo, un nuevo modelo de "estudiante patriota" que, como indicaba el ministro turolense en un discurso pronunciado en la Universidad de Valencia en 1944, sin que éste "lo deforme y corrompa la soberbia científica". Hay que recordar que, por medio de diversas órdenes ministeriales dictadas por Ibáñez Martín, las vacantes producidas en el Magisterio como consecuencia de la depuración de maestros republicanos se cubrieron en parte por militares y excombatientes. Así, la Orden de 15 de febrero de 1940 tenía por objeto "dar el máximo de facilidades a los alféreces provisionales del Ejército que deseen acudir a la convocatoria de ingreso en el Magisterio Nacional", para los cuales se convocaron un total de 4.000 plazas a cubrir por estos militares-maestros.

El carácter de adoctrinamiento político en el ámbito educativo quedaba reforzado con la imposición de la asignatura de Formación del Espíritu Nacional, la denostada FEN.


Por todo lo dicho, la política educativa de Ibáñez Martín se caracterizó por su fuerte dogmatismo político y religioso y sus caducos métodos pedagógicos, que separaba la enseñanza de la investigación y que sometía el conocimiento a la ideología (franquista). Este entramado educativo conocido como el nacionalcatolicismo, fue el que sufrieron, sufrimos, varias generaciones de españoles. Un triste legado que no merece ser recordado manteniendo el nombre de José Ibáñez Martín en un centro educativo de la ciudad de Teruel y en otro de la villa de Utrillas. Sus respectivos consejos escolares tienen la palabra para superar este anacronismo contrario a los valores democráticos de nuestro actual sistema educativo, y a la dignidad y la memoria de tantos docentes y alumnos que sufrieron la implacable depuración de personas e ideas promovida por José Ibáñez Martín”.

Recordamos aquí que los centros a los que hace alusión el profesor José Ramón Villanueva han entendido la ignominia de su nomenclatura y procedieron a su cambio. Quedándose la ciudad de Lorca en solitario con ese infame deshonor.

Nuestro compañero e investigador Floren Dimas, nos ilustra también acerca del personaje. “protagonista de un gigantesco programa de represión contra todo el mundo educativo, con el resultado de fusilamientos, expulsión de la docencia, presidio, destierro, exilio, hambre y marginación de miles de maestros y profesores, privando a los alumnos de la oportunidad de recibir la educación de excelencia que la República había iniciado en las aulas.
Su pertenencia al Opus Dei, le llevó a entregar a la Iglesia una parte muy importante del área educativa en las enseñanzas primarias, secundarias y universitarias, y a orientar los programas públicos de educación en base a la doctrina del nacionalcatolicismo, subordinando las políticas formativas a los designios del nuevo estado dictatorial. La moderna historiografía ha acreditado su implicación personal, en la tarea de crear una conciencia general de sumisión a aquellos principios totalitarios”.

 
La base de sus políticas educativas estaban orientadas
 por el sectarismo del nacionalcatolicismo
Por si no tenemos bastante, para hacernos una idea del pensamiento de este destacado apologeta del franquismo, veamos una de sus frases destacadas en su discurso de Apertura del Curso Académico 1940-41 en la  Universidad de Valladolid:

“…Era vital para nuestra cultura amputar con energía los miembros corruptos, segar con golpes certeros e implacables de guadaña la maleza, limpiar y purificar los elementos nocivos. Si alguna depuración exigía minuciosidad y entereza para no doblegarse con generosos miramientos a consideraciones falsamente humanas, era la del profesorado…”.


¿Cuál fue su relación con la ciudad de Lorca?,

Floren Dimas también nos documenta que, al entablar relaciones con la hija del conde de San Julián, María de los Ángeles Pérez de Meca, condesa de Marín, con quién contrajo matrimonio en 1930, consolidaba así una plataforma familiar entroncada con lo más granado de la casposa oligarquía lorquina, que le permitiría llegar a relevantes puestos provinciales.

Pero fue durante la dictadura de Primo de Rivera cuando Ibáñez Martín tuvo contacto con el conde de San Julián quien, para apoyar su candidatura como diputado a Cortés por partidos ultraconservadores, no solo subvencionó sus campañas, sino que hasta le compró una imprenta.

Durante el bienio negro llego a ser diputado de la CEDA, con Gil Robles, hasta la sublevación fascista de 1936.


Quizás ya tengamos suficientes elementos para poder responder a la pregunta con la que iniciamos este artículo ¿tiene alguna lógica? NINGUNA. Desde el punto de vista del franquismo, la dictadura, la intolerancia, la sumisión de la mujer al hombre, el sectarismo del nacionalcatolicismo, la homofobia, la xenofobia, la unicidad religiosa y el pensamiento único rancio ultramontano, puede que la tenga; pero desde la diversidad, la libertad, la justicia social, el respeto  al pensamiento crítico, el derecho a ser diferente, la democracia, valores todos intrínsicamente ligados a lo que representa la República, y a un Estado moderno democrático, JAMÁS PUEDE ENTENDERSE.



¿Qué valores tiene que representar una institución educativa pública?

 A nosotros y nosotras no nos cabe la menor duda, los valores son antagónicos al nombre de José Ibáñez Martín. ¿Alguien en su sano juicio puede entender que una institución que debe defender los valores más abiertos en derechos, en toda su extensión, en libertad y en justicia social, tenga el nombre del mayor represor del magisterio que partió de los principios más abiertos y liberadores, de la Institución Libre de Enseñanza, organismo de extraordinaria solvencia educativa en los foros más democráticos de Europa? ¿Cómo explicamos esto a los alumnos y alumnas que tengan que pasar por este centro? ¿Cómo se lo explicamos a los profesores y profesoras que tengan que ejercer en él? ¿Es entendible en una sociedad con una mínima  sensibilidad democrática?.

¿Qué estamos haciendo?

A partir de 2006 se han estado llevando a cabo en Lorca campañas de información y sensibilización, sobre la necesidad de proceder al cambio de denominación del IES de Lorca.

 Como resultado de una primera campaña promovida por la asociación de víctimas del franquismo “Amigos de los Caídos por la Libertad (1939-1945)” de la Región de Murcia,  basada en la colocación de carteles, reparto de octavillas, entrevistas en radio y TV de ámbito local y regional, se llegó incluso a presentar una denuncia en el juzgado contra la permanencia del nombre del Instituto, y acogiéndose a la Ley 33/1981 del Escudo de España, se obligó a la eliminación del gran escudo franquista de la entrada principal.

La respuesta de la derecha local no se hizo esperar, organizándose una recogida de firmas entre el sector más ultramontano de la sociedad lorquina, y creándose todo un frente corporativo a favor de la continuidad de la denominación del IES. Por el contrario, la izquierda lorquina se abstuvo de pronunciarse en este reñido debate.

Posteriormente, un rosario de cartas al Alcalde, al Director del IES, al Consejo Escolar, a distintos medios de comunicación, al Defensor del Pueblo, a partidos políticos y sindicatos, a la Consejería de Educación y un largo etcétera, con escasos resultados debido a la increíble dejadez y desvergüenza de la clase política que ha y está gobernando esta Región, a la falta de información, a pesar del enorme esfuerzo que desde el mundo memorialista se está realizando y, por tanto, a la  consecuente desmovilización de la sociedad civil.

Transcurridos 75 años desde la inauguración del IES, y acogiéndose a lo dispuesto en el artículo 15 de la Ley 56/2007 de la Memoria Histórica, en relación con la retirada de los símbolos franquistas, viendo la necesidad de proceder a la eliminación de la denominación de este IES, y su sustitución por otra consensuada entre las instituciones y los agentes sociales competentes, se creó, a iniciativa de la Federación de Asociaciones de Memoria Histórica de la Región de Murcia, en enero del 2018,  una Plataforma de amplio espectro social, para diseñar y llevar a efecto una estrategia de movilizaciones, que tuviera por objetivo acabar con esta vergüenza moral y democrática, la de que un centro público educativo tenga por titular a alguien implicado en hechos gravísimos, atentatorios contra la Vida, la Libertad y la Cultura de todo un pueblo mediante métodos condenados por la legislación internacional, en exigencia taxativa de lo previsto en el Artículo 15 de la vigente Ley de la Memoria Histórica. Porque los nombres de las instituciones democráticas deben servir para honrar a los que nos honraron. Y no al revés.

Es hora ya de reactivar este instrumento y  movilizar a la sociedad civil para darle a la ciudad de Lorca la dignidad que se merece.


lunes, 28 de octubre de 2019

POR UNA IMAGEN DIGNA DE LA CATEDRAL DE MURCIA SIN INSCRIPCIONES FASCISTAS


Inscripción exterior en uno de los muros de la catedral de Murcia

En la fachada lateral de la catedral de Murcia y en su acceso por la plaza de la Cruz, tal
 como refleja la imagen,  se puede leer una inscripción que dice lo siguiente:

“JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA ¡PRESENTE!”

Ésta sólo se puede entender como el recordatorio sangriento de quienes, ayudándose de las fuerzas de las armas y tras atentar contra el gobierno legítimo y democrático de la II República española, sólo supieron imponerse por la vía de la persecución, muerte y destrucción de todo elemento demócrata que osara permanecer vivo tras el triunfo del terrible golpe de estado del general Franco.

José Antonio Primo de Rivera, cuyo único mérito es ser el fundador de un partido fascista, no puede ser homenajeado públicamente por más tiempo en un lugar de paz, perdón y concordia, como se supone debe ser una iglesia-catedral.

Entendemos que, si la Iglesia católica quiere hoy aparecer como una institución al servicio de la paz y la concordia,  el mantenimiento por el obispado de esa inscripción en la fachada de la catedral no contribuye nada a ello, pues esa leyenda en uno de los lienzos del templo catedralicio nos retrotrae a aciagos momentos de nuestro pasado histórico más reciente, con una clara complicidad de la jerarquía eclesiástica con las fuerzas de la reacción que querían derribar la Segunda República (Pastoral del Cardenal Segura de mayo de 1931), complicidad que pasó a ser colaboración plena con el dictador en el transcurso de la Guerra (Pastoral colectiva del Episcopado Español de julio de 1937), calificando a aquélla de Cruzada de liberación, sin olvidar que, tras la guerra, amplios sectores de la Iglesia colaboraron   activamente en la vorágine represiva franquista.

Recordemos, además, que la catedral de Murcia fue declarada Monumento Histórico Nacional en junio de 1931 por la II República, disfrutando desde ese momento del máximo grado de protección cuando fue perpetrada la inscripción. Es decir, desde el mismo momento en que se plasmó el rótulo falangista en uno de los muros del Monumento, se estaba vulnerando con premeditación y alevosía la misma protección de la que fue provista .

Ya el pasado 4 de mayo de 2017 esta Federación, en carta dirigida al Obispo de la diócesis Cartagena-Murcia, y en diciembre de ese año la Asociación de Memoria Histórica de Murcia, en entrevista con el Deán de la Catedral, solicitamos oficialmente que se restituyera la legalidad vigente, conculcada permanentemente por esta inscripción, ya que no respeta la vigente ley 52/2007 llamada de Memoria Histórica.)


Por todo ello, exigimos a la Dirección General de Patrimonio y a la Dirección General de Bienes Culturales de la Comunidad Autónoma de Murcia a que insten al Obispado, en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, al borrado de esa ignominiosa inscripción falangista, totalmente anacrónica y contraria a los valores de una sociedad democrática.

Murcia, 23 noviembre de 2019.


Obispo quita la inscripción.


Apoyaron distintos partidos políticos,
sindicatos y colectivos sociales.












Unas 150 personas acudieron a la llamada
de la Federación Regional. 



El presidente Óscar Dols y la vicepresidenta
M.ª Jesús García leyeron el comunicado.


domingo, 29 de septiembre de 2019

LA FEDERACIÓN DE ASOCIACIONES DE MEMORIA HISTÓRICA DE LA REGIÓN DE MURCIA RENOVÓ SU JUNTA DIRECTIVA Y APROBÓ DAR UN IMPULSO A SUS REIVINDICACIONES




En la tarde del pasado jueves, día 19 de septiembre, tuvo lugar en Cartagena la asamblea de la Federación de Asociaciones de Memoria Histórica de la Región de Murcia (FAMHRM), con el fin de impulsar las reivindicaciones pendientes que el movimiento memorialista regional viene planteando y renovar su junta directiva.



Se decidió seguir incidiendo en aquellas localidades de la Región que no cuenten con una asociación de Memoria Histórica y que exhiban nombres franquistas en su callejero, para exigir de sus ayuntamientos el cambio de denominación de los mismos, según lo estipulado por la Ley de Memoria Histórica de 2007.

Especial importancia para la Federación reviste la pervivencia de la inscripción falangista en la catedral de Murcia, en la fachada que da a la plaza de la Cruz, por lo que se decidió convocar, en fecha 16 de noviembre, una concentración en ese lugar, para exigir, tanto al cabildo catedralicio como a la Dirección General de Bienes Culturales, el borrado de la misma. A tal fin, se va a invitar a asociaciones cívicas y partidos políticos a sumarse a dicha convocatoria, dándole publicidad por las redes sociales.

En relación con el colegio José Antonio de Fuente Álamo, es intención de la Federación sondear las posibilidades jurídicas para el cambio de denominación de ese centro docente, vistas las resistencias de la Corporación local de dicho municipio para cumplir con la Ley de Memoria Histórica.

Se debatió sobre la persona que sería merecedora del Premio Regional de Memoria Histórica 2020  y se propuso que esa distinción recaiga en una persona que se haya distinguido, además de por su trayectoria investigadora en este campo, por sus aportaciones y colaboración con el movimiento memorialista en nuestra región.

Asímismo se aprobó una resolución, para hacérsela llegar al PSOE regional y al historiador Víctor Peñalver, en el sentido de  exigir a los ayuntamientos que no desvirtúen los actos de homenaje a los republicanos deportados a los campos de exterminio nazis si con ello pretenden conseguir la unanimidad o una mayoría cualificada.

Tras las jornadas del pasado mes de julio en Mazarrón, en las que  se vio la conveniencia de realizar un mapa de fosas de la Región de Murcia y por la que un grupo de jóvenes arqueólogos murcianos se mostraron  interesados en realizar trabajos de catalogación y exhumación similares a los que se llevan a cabo en otras comunidades, se aprobó el intentar elaborar el mapa de fosas, siendo la Federación quien debiera coordinar la catalogación y la publicación de los trabajos.



Por último, se procedió a la renovación de cargos de la junta directiva de la Federación, siendo elegidos los siguientes miembros: Óscar Dols Calatayud, como presidente; María Jesús García Ruiz, como vicepresidenta; Joaquín López Tovar, como secretario; y Francisca Ureña Sánchez como tesorera.




Óscar Dols Calatayud

Paqui Ureña Sánchez
María Jesús García Ruiz



Joaquín López Tovar



sábado, 27 de abril de 2019

En contra de la denominación de ‘Juan de la Cierva’ para el aeropuerto de Corvera



FRENTE A LA IGNOMINIA.... DIGNIDAD 


Se han consolidado las pretensiones del sector más conservador de la ciudadanía murciana. El pasado 12 de abril, el diario La Opinión de Murcia adelantó la noticia de que el Ministerio de Fomento dio vía libre a que el aeropuerto de Corvera llevara el nombre del ingeniero Juan de la Cierva, conspirador contra la República, saboteador en negocios de la misma y facilitador del golpe de Estado de 18 de julio de 1936.
El conspirador y golpista
Juan de la Cierva.

Precedentes de la polémica
La Federación de Asociaciones de Memoria Histórica de la Región de Murcia (FAMH-RM) ya dejó constancia a primeros de este año en la Dirección General de Memoria Democrática, en visita a Madrid, de su negativa a la trayectoria que estaba llevando el trámite de esa denominación a esa infraestructura murciana tanto por el Gobierno regional del PP como por la familia de dicho ingeniero. El director general de Memoria Democrática confesó a la delegación murciana no estar al corriente de ese tema, y prometió informarse y terciar en el mismo
El asunto siguió suscitando una cierta polémica en los medios de comunicación regionales, lo que no fue un obstáculo para que la iniciativa siguiera adelante.
Recordemos que, en el ámbito institucional regional, el BORM número 24 de 2017 publicaba la moción 397 aprobada en la Comisión de Política Territorial, Medio Ambiente, Agricultura y Agua, en sesión celebrada el 4 de julio, sobre denominación del aeropuerto de Corvera como ‘Aeropuerto Internacional de Murcia-Juan de la Cierva Codorníu”, por cinco votos a favor (PP y Cs) y cuatro en contra (PSOE y Podemos).
En febrero pasado, la Comisión de Fomento del Congreso de los Diputados ratificaba esa denominación para el aeropuerto con los votos de PP, Ciudadanos y Foro de Asturias, el rechazo de Podemos y Compromís y la sorprendente abstención del PSOE (que, recordemos, había votado en contra en la Asamblea Regional de Murcia).

Escritos dirigidos a instancias varias
La FAMH-RM en fecha 12-02-19, antes del acuerdo del Congreso, había enviado un escrito a la dirección de AENA transmitiéndole la “petición corporativa de todas las Asociaciones memorialistas de la Región de Murcia de que no se autorice [por AENA] la denominación ‘Juan de la Cierva’ para el Aeropuerto recientemente inaugurado en Corvera (Murcia)”, pues el hecho -históricamente verificado- de haber sido el inventor del autogiro como precursor del helicóptero, ha sido la razón fundamental en la que se han basado los organismos postulantes, “sin atender al juicio contradictorio que debería de haberse planteado sobre la idoneidad de dicha propuesta, considerando la repercusión interpretativa que el referente onomástico de una obra pública de esta envergadura proyecta sobre los usuarios, al ser cuestionables los valores de ejemplaridad y homenaje que se pretenden reconocer”.
El escrito continuaba aclarando que “nadie discute la genialidad del inventor, ni su importante contribución al progreso de la Aeronáutica, circunstancia que dejamos fuera del debate por tratarse de una realidad asentada en la historiografía de los avances tecnológicos del siglo XX, pero cuando se trata de relacionar el nombre de una persona, por relevantes que sean los méritos que se atribuyen, ligándolo a una obra de titularidad pública, hay que entrar a considerar no solo sus virtudes, sino también tener la certeza de que en su trayectoria vital no hay lugar para hechos censurables que lo descalifiquen como merecedor a esa distinción”.

Y en relación con la posición favorable a esa denominación por parte de la familia del inventor, se recuerda que “exhiben sus familiares en medio público que su recomendación a los golpistas de alquilar un aparato De Havilland DH 89 Dragon Rapide la hizo desconociendo que iba a ser utilizado para transportar a Franco desde Las Palmas de Gran Canaria a Tetuán, desde donde dirigiría la sublevación militar contra el Gobierno de España, apartando toda idea de complicidad con tales preparativos”. Pero en el escrito se recuerda que “la moderna historiografía publicada sobre los planes de la rebelión militar asignan a Juan de la Cierva un papel de suma relevancia, en el  que sus conocimientos sobre materia aeronáutica, su trayectoria familiar y personal de naturaleza ultraconservadora y su adhesión explícita al movimiento sedicioso fueron tan apreciados por los insurgentes, iniciada ya la contienda, que le propusieron –y él aceptó- formar parte de una comisión para la adquisición de aviones a la Italia de Mussolini con destino a las fuerzas sublevadas, según aparece probado en la historiografía consolidada”.


Dragon Rapide


El escrito concluía con al ruego al director de AENA de que “sean valorados estos razonamientos para impedir la incongruencia histórica, ética y moral, que significaría que el nombre de alguien que contribuyó de forma tan explícita a un golpe de estado, cooperando con los sublevados de forma tan decisiva, pueda ser utilizado para dar titularidad a un aeropuerto internacional, porque los nombres de las instituciones deben de servir a los que nos honraron. Y no al revés”.

Tras esa carta del pasado mes de febrero, La FAMH-RM, una vez consolidado el acuerdo de la Comisión de Fomento del Congreso, ha dirigido un escrito de protesta al Ministerio de Justicia y, en los próximos días, hará lo propio con una carta al Ministerio de Fomento.

Porque, recordemos, al margen de la polémica suscitada por la contribución del inventor al golpe de Estado, la Federación quiere recordar que la denominación propuesta para el aeropuerto de Corvera choca abiertamente con lo estipulado en la Ley de Memoria Histórica, cuyo artículo 15.1 reza literalmente así: “Las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura. Entre estas medidas podrá incluirse la retirada de subvenciones o ayudas públicas”.


La moderna historiografía asigna a Juan de la Cierva un papel destacado en el golpe de Estado contra la República
Publicaciones recientes sobre los planes de la rebelión militar asignan a Juan de la Cierva un papel de suma relevancia; sus conocimientos sobre materia aeronáutica, su trayectoria familiar y personal de naturaleza ultraconservadora y su adhesión explícita al movimiento sedicioso fueron tan apreciados por los insurgentes, iniciada ya la contienda, que le propusieron –y él aceptó- formar parte de una comisión para la adquisición de aviones a la Italia de Mussolini con destino a las fuerzas sublevadas, según aparece probado en la historiografía consolidada.

El diplomático e historiador Ángel Viñas, en tres artículos recientes sobre la polémica, afirma con rotundidad que De la Cierva, asentado en Londres, de familia de rancia raigambre monárquica, no se mantuvo al margen; formaba parte activa del mundillo más o menos cerrado de los clubes londinenses en los que, desde muy pronto, empezó a conspirarse contra la República. Uno de los tertulianos, Charles Petrie, historiador y ultracatólico, se pavoneaba de su flirteo con el fascismo. Otros tertulianos, como el duque de Alba, posterior embajador de España con Franco, se dejaban caer por esas citas. Pero en el tema del Dragon Rapide, el tertuliano fundamental fue Douglas Francis Jerrold, que participaba en esas tertulias junto a Luis A. Bolín (corresponsal en Londres de ABC) y Juan de la Cierva, personas todas con acceso ilimitado a diarios británicos de derechas como el Morning Post, el Daily Mail y el Daily Telegraph.

Por entonces, la empresa que De la Cierva había fundado en Londres desarrollaba un programa de pruebas en cooperación con el Ministerio del Aire, lo que le puso en contacto con los militares británicos.

A finales de mayo de 1936, el conde de los Andes, uno de los activistas más empeñados en derribar la República, comunicó al corresponsal de ABC en Londres que en España se estaba tramando algo serio. De la Cierva estaba al corriente de ello, por lo que, según Ángel Viñas, “hemos de suponer que el encargo del Dragon Rapide no le sorprendería demasiado”. Viñas afirma que sobre estos asuntos podemos recurrir a lo escrito por Jerrold, Bolín y Luca de Tena, que difieren algo, pero “lo que está absolutamente claro es que Juan de la Cierva sabía desde el primer momento para qué iba a servir el Dragon Rapide”.

Por si hubieran dudas sobre su actitud favorable al golpe de Estado, Viñas tiene documentada una visita del ingeniero español desde Londres a Roma, para visitar al Duce, visita anunciada al dictador italiano por el mismo Alfonso XIII. En ese viaje, en el que le acompañaban Bolín y el marqués de Viana, se trataba de adquirir aviones para la inminente sublevación, que, como puede verse, tuvo mucho de trama monárquica, algo ampliamente documentado por Ángel Viñas en su reciente libro ‘¿Quién quiso la Guerra Civil? Historia de una conspiración’.

Al estallar la sublevación contra la República, y pese a las estipulaciones del Comité de No Intervención, Juan de la Cierva pudo adquirir en el plazo de tres semanas unos diez aviones civiles, con dinero del banquero Juan March o del propio Alfonso XIII.

Así mismo, este historiador tiene documentado incluso, fruto de los contactos de De la Cierva con la Alemania nazi, un viaje a Berlín en septiembre de 1936 para, por encargo del general Mola, comprar armas y cartuchos para los sublevados, para lo que contactó con Wilhelm Franz Canaris, el que luego sería jefe del espionaje alemán.

Juan March, Juan Ventosa y Juan de la Cierva, financiadores del franquismo

Según notas que nos ha pasado el escritor cartagenero Juan Eladio Palmis, en las Memorias escritas y publicadas por el que diplomático español Francisco Serrat y Bonastre, las ciudades españolas de Burgos y Salamanca bullían en los días posteriores al golpe de Estado con la presencia de personajes como Ramón Padilla, Sáncho Dávila y otros jefes de Falange; Rafael Olazábal y el conde de Rodezno, carlistas; Goicoechea y su acólito Yanguas, agentes auxiliares, políticos y  otros personajes como Juan March, Juan Ventosa y Juan de la Cierva”.

El no tan conocido financiero Juan de Ventosa, también barcelonés de nacimiento como el autor de las memorias referidas fue varias veces ministro de Hacienda, y, más importante, ministro de Abastos, con el rey Alfonso XIII, fijó su residencia en Burgos en aquellos años, y como era un experto en la repatriación de capitales, colaboró y logró ser un suministrador de dineros de primera magnitud para financiar y mantener económicamente el golpe de Estado.

Además, Juan Eladio Palmis nos recuerda, al igual que Ángel Viñas, que en la capital británica “residía desde los inicios del Gobierno republicano un grupo de aristócratas y monárquicos exiliados entre los que destacaban el duque de Alba, el marqués del Moral, el marqués de Portazgo y el terrateniente don Alfonso de Olano y Tliinkier, quienes organizaron una junta nacional que comenzó a conspirar desde el mismo día de iniciada la rebelión.” El célebre ingeniero Juan de la Cierva fue erigido jefe del grupo por sus aceitados contactos con los industriales de la aviación.

El propio De la Cierva fue el encargado de las compras de armas que el emisario del gobierno republicano de Giral estaba negociando en Londres. Para que esa maniobra pudiera realizarse fue clave la traición a la República de su embajador Julio López Oliván. Utilizando las reservas que la agencia londinense del Banco de España tenía depositadas en el Westminster Bank, Oliván financió la compra de armas, pero para los rebeldes, con la aquiescencia cómplice del ministro de Relaciones Exteriores, Anthony Eden.




lunes, 18 de marzo de 2019

Jumilla dignifica los nombres de sus paisanos que fueron deportados a los campos de concentración nazis.





          El monumento es toda la rotonda.
   Cada piedra lleva el nombre de un deportado.





Placa conmemorativa



Como ya ocurriera en otros municipios de la Región, Jumilla ha homenajeado el pasado 17 de marzo a 13 paisanos que pasaron por los campos de concentración nazis, concretamente Mauthausen y Buchenwald, dando cumplimiento al acuerdo del pleno municipal de marzo de 2017, a iniciativa de IU, y con los votos a favor de todos los grupos municipales.







                 Inicio del acto                       
 Después de una introducción musical por parte de la profesora de violín, Alba María Ujeda y de la presentación del acto por la alcaldesa de la localidad, Juana Guardiola (PSOE), la justificación del acto y el devenir de los homenajeados desde que salieron exiliados tras la guerra civil española hasta que fueron a parar a esos campos de la muerte, fue a cargo del historiador y promotor de esta iniciativa, Víctor Peñalver, quien agradeció la presencia de familiares de los deportados y de la  Federación de Asociaciones de Memoria Histórica de la Región de Murcia en el acto. Tras Víctor, hablaron familiares de los deportados Juan y José García Pomares y de José Nájar Fernández. El acto contó también con representantes de todos los grupos municipales.

Víctor Peñalver.

Miembros de la Federación
El monumento ocupa toda una rotonda con un olivo en medio y rodeado de cipreses, cuya simbología es sugerente; alrededor de todo el círculo, 13 piedras de canto rodado (que representan las grandes masas de piedra que los prisioneros tenían que arrancar de las canteras y transportar) con el nombre cada una de uno de los homenajeados. El trípode de la placa central  también está contenido de simbolismo al ser realizado con cadenas. La gravilla roja representaría la sangre, según el concejal Francisco González.


Estos son los nombres, que por su condición de republicanos,luchadores por la libertad y la democracia en contra del franquismo primero y del nazismo después,   han hecho que hoy Jumilla sea un poco más digna:

Francisco García Herrero.
José García Pomares.
Juan García Pomares.
José Guardiola.
Francisco Herrero Guardiola.
José Lucas Muñoz.
Ángel Monserrate Pérez
José Nájar Fernández.
Sebastián Pérez García.
José Quíles Sánchez.
Pascual Quiles Sánchez.
Joaquín Sánchez Gómez.
Ángel Peñas.