Al contrario que en años anteriores en que hemos podido reunirnos para rendir homenaje a los republicanos y republicanas represaliadas por el régimen franquista, en que hemos llevado a cabo concentraciones para leer nuestros manifiestos con carácter local o regional, que hemos acudido a las fiestas republicanas, a las comidas de hermandad, en que hemos debatido sobre los valores republicanos que propugnamos, los acontecimientos de este aciago 2020 nos han obligado a recluirnos en nuestras casas, a confinarnos para frenar la extensión de la pandemia... y así, el 89º aniversario del nacimiento del segundo intento de convertir España en un país democrático, libre del oscurantismo que secularmente había distinguido a nuestro país de los países democráticos europeos, no hemos podido reunirnos para celebrarlo.
Pero hemos conservado la unidad en la distancia, nos hemos mantenido en contacto a lo largo del día a través del teléfono, de las videoconferencias, de la redes sociales, hemos sacado a las ventanas y balcones nuestra bandera tricolor.
Hay quien, al no tener la bandera en su domicilio, ha recurrido a colocar tres mantas con los colores de la bandera republicana, o una bufanda con los colores rojo, amarillo y morado...
Nos enviábamos fotos diciendo: "Mira: aquí está mi bandera".
Había quien nos mandaba la foto hecha desde el interior de su casa, porque no podía salir a la calle para hacerla, y quien, por el contrario, tenía a alguien que se la hacía desde la distancia o desde un balcón o terraza próxima a la suya; hubo quien colocó la bandera en la azotea, quien la puso en el jardín, y quien se tuvo que conformar con poner en el interior de casa una simple pañoleta.
Diversas formas de acercarnos desde la separación obligada; variadas maneras de hacer público nuestro espíritu republicano. Lo importante era poder decirnos: Estoy contigo, y pienso como tú; estás conmigo, y reivindicamos los mismos principios, luchamos por la misma utopía.
Porque el espíritu republicano no muere; no lo pudieron sofocar con la victoria franquista del 39; y lo mismo que desde la derrota cantonal de 1874 y de la que sufrieron los insurrectos republicanos de 1886, este espíritu permaneció latente, que no sepultado, que no extinguido, también lo hizo durante la larga noche de la dictadura y continúa existiendo a día de hoy, de manera creciente, con mayor fuerza que nunca.
Una bandera no es más que un símbolo; pero es todo un símbolo; como lo es un himno, como lo es una canción. Y esos símbolos se vieron ayer, a lo largo de todo el día, en las fachadas de nuestras viviendas.
Quien no tiene bandera, la sustituye por tres prendas de vestir con los colores rojo, amarillo y morado.
Quien se encuentra en el hospital, acompañando a un enfermo, se viste con una camiseta republicana y nos manda una foto luciéndola.
Quien no tiene quien le haga la foto a su bandera desde la calle, se la hace desde el interior de su casa.
Esos símbolos se encontraron en el interior de nuestras casas, en el de aquéllas habitadas por una sola persona, que ornó su sala de estar con un ejemplar de la constitución de 1931 y en aquéllas en que una pareja o una familia brindaba por el advenimiento de la III República Española.
Símbolos, como el del Himno de Riego, que a las 9 de la noche se oyó en nuestros equipos de música a través de las ventanas abiertas, como el Canto a la Libertad, de Labordeta, que se oyó por la mañana en algunas terrazas;
Como los gritos de "¡Viva la República!" que se lanzaron desde algunos megáfonos; como ese Himno de Riego que interpretó un adolescente con la flauta travesera desde su terraza o el "No pasarán" que reprodujo a través del altavoz de su ordenador esa pareja que vive en una casa rural, a varios kilómetros de la ciudad.
Son sólo símbolos, pero símbolos que nos ayudaron a sentirnos menos solos, menos solas en un día tan importante para quienes sentimos que la democracia plena sólo nos puede llegar de la mano de la República.
Desde fuera de España nos llegaron las fotos de nuestros compatriotas que, en el día de ayer, se sentían tan cerca de nosotros/as como si se hubieran desplazado hasta aquí a conmemorar esta efemérides
Este año nos hemos encontrado más lejos, pero también más cerca, pues a veces la distancia no hace sino aproximarnos.
Y en este intento de aproximación, desde la Federación de Asociaciones de Memoria Histórica de la Región de Murcia hemos reunido varias fotos de las que recibimos ayer, en las que se muestra nuestro recuerdo de aquel 14 de abril de 1931.
Para mantenernos unidos/as y no desfallecer en nuestra lucha.
¡Viva la República Española!.
Magnífica idea. Enhorabuena. Viva la República. Salud y a por la Tercera.
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